En la tercera parte de la trilogía Millennium se termina de desenmarañar la trama que empezó en la segunda parte, el lector se encontrará con que la investigación de Dag Svensson y Mia Bergman, era la punta del iceberg de una componenda que alcanza a los más altos niveles del poder. Ahora sabremos por qué los malos tratos sufridos por la madre de Lisbeth siempre fueron pasados por alto por las autoridades pertinentes y por qué la infancia de Lisbeth Salander fue tan dura e injusta. De la pluma de Larsson, comprenderemos que muchas veces ciertos intereses están por encima de la justicia y éstos, llevan a algunas personas de escasa moral y grandes agallas a proteger al verdugo en lugar de la víctima. Para alivio de los lectores, la justicia, al final llega. Aunque al terminar de leer el libro muchos dirán que una justicia tardía no es justicia y es cierto, pero al menos, hay justicia.
Algunos dicen que originalmente la serie Millennium iba a constar de 7 entregas, lamentablemente su autor se encontró con la muerte al entregar el tercer volumen a su editor e incluso antes de ver publicada la primera parte. Los lectores lamentamos su pérdida, pues apuesto que si hubiera habido más partes, éstas serian tan buenas como estas 3 que tanto he disfrutado leer. Debo confesar que, luego de haber leído estos libros hace unos años, hay momentos en los que me pregunto qué será de la vida de Lisbeth y Mikael.
Algunos dicen que originalmente la serie Millennium iba a constar de 7 entregas, lamentablemente su autor se encontró con la muerte al entregar el tercer volumen a su editor e incluso antes de ver publicada la primera parte. Los lectores lamentamos su pérdida, pues apuesto que si hubiera habido más partes, éstas serian tan buenas como estas 3 que tanto he disfrutado leer. Debo confesar que, luego de haber leído estos libros hace unos años, hay momentos en los que me pregunto qué será de la vida de Lisbeth y Mikael.
CALIFICACION: 5 / 5
SINOPSIS: Los lectores que llegaron con el corazón en un puño al final de “La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina”, quizás prefieran no seguir leyendo estas líneas y descubrir por sí mismos cómo sigue la serie y, sobre todo, qué le sucede a Lisbeth Salander.
Como ya imaginábamos, Lisbeth no está muerta, aunque no hay muchas razones para cantar victoria: con una bala en el cerebro, necesita un milagro, o el más habilidoso cirujano, para salvar la vida. Le esperan semanas de confinamiento en el mismo centro donde un paciente muy peligroso sigue acechándola: Alexander Zalachenko, Zala. Desde la cama del hospital, y pese a su gravísimo estado, Lisbeth hace esfuerzos sobrehumanos para mantenerse alerta, porque sabe que sus impresionantes habilidades informáticas van a ser, una vez más, su mejor defensa.
Entre tanto, con una Erika Berger totalmente inmersa en las luchas de poder y las estrategias comerciales del poderoso periódico Svenska Morgon-Posten, en crisis tras el descenso de las ventas y de los anunciantes. Mikael se siente muy solo. Quizás Lisbeth lo haya apartado de su vida, pero a medida que sus investigaciones avanzan y las oscuras razones que están tras el complot contra Salander van tomando forma, Mikael sabe que no puede dejar en manos de la Justicia y del Estado la vida y la libertad de Lisbeth. Pesan sobre ella durísimas acusaciones que hacen que la policía mantenga la orden de aislamiento, así que Kalle Blomkvist tendrá que ingeniárselas para llegar hasta ella, ayudarla, incluso a su pesar, y hacerle saber que sigue allí, a su lado, para siempre.
Como ya imaginábamos, Lisbeth no está muerta, aunque no hay muchas razones para cantar victoria: con una bala en el cerebro, necesita un milagro, o el más habilidoso cirujano, para salvar la vida. Le esperan semanas de confinamiento en el mismo centro donde un paciente muy peligroso sigue acechándola: Alexander Zalachenko, Zala. Desde la cama del hospital, y pese a su gravísimo estado, Lisbeth hace esfuerzos sobrehumanos para mantenerse alerta, porque sabe que sus impresionantes habilidades informáticas van a ser, una vez más, su mejor defensa.
Entre tanto, con una Erika Berger totalmente inmersa en las luchas de poder y las estrategias comerciales del poderoso periódico Svenska Morgon-Posten, en crisis tras el descenso de las ventas y de los anunciantes. Mikael se siente muy solo. Quizás Lisbeth lo haya apartado de su vida, pero a medida que sus investigaciones avanzan y las oscuras razones que están tras el complot contra Salander van tomando forma, Mikael sabe que no puede dejar en manos de la Justicia y del Estado la vida y la libertad de Lisbeth. Pesan sobre ella durísimas acusaciones que hacen que la policía mantenga la orden de aislamiento, así que Kalle Blomkvist tendrá que ingeniárselas para llegar hasta ella, ayudarla, incluso a su pesar, y hacerle saber que sigue allí, a su lado, para siempre.

No hay comentarios:
Publicar un comentario