Hace un par de días,
mientras leía las noticias, encontré una que llamó atención y se titulaba: The
Botox Botticelli´s (Los Botticellis del Bótox). Paso a introducirlos en el
tema:
Phillip Toledano un
fotógrafo inglés, residenciado en Estados Unidos acaba de sacar al mercado un
libro con una serie de retratos de personas cuyos cuerpos y rostros han sido
“rediseñados” con cirugías plásticas. El libro se titula “A new kind of beauty”
(“Un nuevo tipo de belleza”), y en él se presentan retratos y semidesnudos, que
han sido realizados emulando el estilo de contraste de claro-oscuro empleado,
en sus obras, por el artista renacentista Sandro Botticelli.
El resultado no podría
ser más contrastante, pues frente al marco renacentista elegido por Toledano
para retratar a sus modelos, vemos a personas cuyo aspecto físico ha sido
modificado con sucesivas cirugías plásticas, implantes, rellenos, bótox y toda
cuanta herramienta, ofrece hoy, el mundo de la “estética”. Los cuerpos y
rostros son profundamente artificiales y el nivel de alteración al que han
llegado, sobre todo los rostros de los modelos, desdibuja la frontera que
diferencia a ambos sexos y los empuja estéticamente a la androginia.
Con esto el artista pone
sobre el tapete el culto a la belleza, que siempre ha existido a lo largo de la
historia, sólo que ahora disponemos de los medios para modelar nuestro cuerpo
hasta ajustarlo a los actuales patrones de belleza.
Y aquí viene mi pregunta,
que imagino también habrá rondado la cabeza de Toledano, ¿cuándo el legado
genético que heredamos de nuestros padres y abuelos, ha pasado a segundo plano
y ha sido sustituido por un patrón de “belleza” de moda, que dicho sea de paso,
es absolutamente artificial?
Que se entienda bien, no
soy una radical contraria a la cirugía plástica, pero tampoco considero que
todos debamos convertirnos en clones plásticos. Es aceptable que alguien quiera
mejorar un rasgo de su rostro o característica de su cuerpo con la que esté
disconforme, pero all with in measure (todo con medida), sin llegar a extremos,
sin pasar del “retoque” a ser deforme o hasta alcanzar puntos en los que la
gente pierde control de sus expresiones faciales o su anatomía luce
desproporcionada.
Nuestro cuerpo es nuestro
templo, debemos cuidarlo y mantenerlo, pero es un error vivir sólo para él,
porque cuanto más vivas hacia afuera, mayor será el vacio que sientas por
dentro y está claro que "rellenarlo" con silicón, no es la solución.
A lo largo de la historia
el concepto de belleza ha evolucionado, pero siempre ha sido armónico, sólo en
tiempos actuales esa armonía ha sido distorsionada. Basta con ver las dos imágenes
que publiqué para comprobarlo.
Espero que pronto podamos
hablar de una diversidad de bellezas, en la que todos altos, bajos, flacos,
rellenitos, etc. hagamos honor a la herencia genética de nuestros antepasados y no
a la marca del implante de moda, pues si algo ha quedado claro es que no hemos
llegado a definir un criterio universal de belleza, ya que la éste reside en
simplemente aprender a quererse a uno mismo, aceptarse y vivir en armonía.
Si quieres ver y saber
más de Phillip Toledano, visita su página web http://www.mrtoledano.com/
Desdela Barrera


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