Al terminar Tormenta de Espadas y
comenzar a leer Festín de Cuervos quedó claro el por qué George R. R. Martin se
reservó los mejores personajes para Danza de Dragones, porque a ratos Festín de
Cuervos se convierte en el peaje que se debe pagar para llegar a “bailar” con
los dragones.
Según comenta el autor a los lectores,
la idea original de este libro era presentar las historias de todos los
personajes de la saga y dejarlas inconclusas
para terminarlas en Danza de Dragones, pero finalmente decidió contar
las historias completas de una parte de los personajes en Festín de Cuervos y
narrar lo sucedido con los protagonistas restantes en Danza de Dragones. Así
pues extrañamos por 800 páginas lo que ocurre en El Muro y en las lejanas
Ciudades Libres… en fin, no pongo en duda la elección hecha por George R. R.
Martin, pero Festín de Cuervos, me resultó pesado por momentos. Por ejemplo
Brienne de Tharth, me cansó hasta el hartazgo y si no fuera porque a lo largo
del relato se unieron a ella Podrick Payne, Ser Hyle Hunt, el Septon Meribald y
su perro, el recorrido solitario, junto a la esquiva Brienne hubiera sido
demasiado para mí.
No me ocurrió lo mismo con el Reino de
Dorne, ya en Tormenta de Espadas el príncipe Oberyn, La Víbora Roja, se ganó mi
simpatía y sentí pesar por su “pronta muerte”, pero su hermano el achacoso y
taimado Doran Nymeros Martell supo llenar bien el vacío dejado por el guerrero,
sustituyendo con sesos la fuerza aunque no siempre eso sea bien visto por su
hija y sus sobrinas, las serpientes de arena. De muy buen agrado hubiera
quitado unos capítulos a Brienne a cambio de algunos más en Dorne.
Lo mismo sucede con Alayne, antes
Sansa Stark, creo que la cercanía con Meñique la está haciendo aprender a pasos
agigantados y quizás George R. R. Martin pueda darnos alguna sorpresa con ella,
porque con Meñique definitivamente las da.
Arya Stark con su llegada a Braavos,
arriba a la Casa de Blanco y Negro, del templo del Dios de Muchos Rostros y
comienza su andadura en ese lugar, al que se adapta sin mayores dificultades,
pero lo que más le cuesta es dejar de ser ella para no ser nadie y debe pagar
un precio por ello, sinceramente espero saber más de ella en danza de Dragones.
Cersey y Jaime toman caminos separados
y finalmente podemos ver a un Jaime que deja de ser el perro faldero de su
hermana, hermana que cada vez se parece más al Rey Loco que Jaime pasó por la
espada…
El viaje de Samwell Tarly a Antigua es
no menos que accidentado, pero los pocos capítulos en los que se presenta valen
la pena. Así como el nuevo mundo que se nos descubre en La Ciudadela donde se
preparan los Maestres.
Creo que en el momento que el autor
decidió dividir el libro en personajes y no en dos la historia, debió agregar
unos cuantos capítulos a ciertas historias que las hizo un poco lentas y a
ratos repetitivas. Eso lo compensa con nuevos personajes y el giro dado a
otros. No lo voy a revelar todo, algo debe quedar al lector.
CALIFICACION: 4,1 / 5
SINOPSIS: Festín de Cuervos es el
cuarto libro de la saga CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO.
Luego de siglos de guerras
descarnadas, los siete poderes que dividen la tierra se han diezmado hasta alcanzar
una difícil tregua. Muy pocos reclamos legítimos existen ya por el Trono de
Hierro, y la guerra que ha convertido al mundo en poco más que un desierto al
fin ha terminado. O eso parece. Pero no pasa mucho tiempo antes que los
sobrevivientes, los proscritos, los renegados y los carroñeros de los Siete
Reinos se reúnan.
Ahora, como cuervos humanos que
acechan un banquete de cenizas, nuevas intrigas y peligrosas alianzas se
forman, a la vez que rostros sorprendentes –algunos familiares, otros
desconocidos- emergen de un siniestro crepúsculo del caos y luchas pasadas para
asumir los desafíos de los terribles tiempos que se avecinan. Nobles y
plebeyos, soldados y hechiceros, asesinos y sabios se unen para hacer valer su
vida y sus fortunas. Porque en un festín de cuervos, son muchos los invitados…
pero sólo unos pocos logran sobrevivir.

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