domingo, 22 de abril de 2012

LA PRINCESA EN LA SOMBRA de Indu Sudaresan

Cuando la autora estaba realizando la investigación para escribir la vida de la Emperatriz Mehrunnisa (La Emperatriztras el Velo y La Emperatriz del Sol), se encontró con datos muy interesantes sobre una joven: la hija mayor del  emperador Sha Yanan, que tras la muerte de su madre Muntaz Mahal, paso a ser la mujer más poderosa del zenana real, algo inusual, pues nunca una hija ostentó tal rango y menos cuando su padre tenía otras esposas.
La vida de la princesa Yahanara, fue tan trasgresora para la época como la de su tía abuela la Emperatriz Mehrunnisa. A una muy joven edad tomó la responsabilidad de llevar el peso del imperio junto con su padre. Fue su apoyo y compañía en todo momento y sacrificó, hasta el último halito de vida de su padre, su felicidad por la de él. Debió hacer frente a habladurías generadas por su comportamiento poco ortodoxo, debió vivir un amor clandestino y renunciar al fruto de éste. Y más aun tuvo que ver impotente cómo sus hermanos luchaban por suceder a su padre estando éste aun vivo y una vez derrocado el Emperador Sha Yanan, por su hijo Aurangzeb, compartió con él 9 años de prisión, desafiando las peticiones de su hermano para unirse a él, algo que sólo hizo una vez enterró a su padre, en la Tumba Luminosa, junto a su madre.
Es un relato interesante en el que la autora da a conocer a las mujeres que desde la sombra y en un segundo plano ayudaron a mantener el imperio más poderoso de la época. Esta trilogía ratifica el refrán: “Detrás de todo gran hombre hay una gran mujer”.
Los acontecimientos se entrelazan con la construcción de la maravillosa Tumba Luminosa, conocida en el mundo como el Taj Mahal.
Esta tercera parte, al igual que las dos anteriores, es una novela histórica que merece la pena ser leída.

CALIFICACION: 4,5 / 5

SINOPSIS: 17 de junio, 1631. La bella Aryumand ha muerto al dar a luz. A su lado la lloran su marido, el emperador mogol Sha Yahan, y la hija mayor de ambos, la princesa Yahanara.
Con solo diecisiete años, la joven debe asumir las responsabilidades de una emperatriz sin serlo: acompañar a su padre en el duelo, tomar las riendas del harén, administrar las enormes riquezas de su madre y atemperar los ánimos de sus hermanos, que prepararán la sucesión cada uno por su cuenta.
Una sola cosa alegra los días a Yahanara: las atenciones que le depara el apuesto Nayabat Jan. Sin embargo hay quien, aconsejado por las malas lenguas, no ve con buenos ojos su relación con este noble venido del norte... porque ella debe gobernar en la sombra mientras Sha Yahan dedica su tiempo y los recursos de su imperio a construir el mayor homenaje al amor de la historia de la humanidad, el Taj Mahal.

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