Lo que
comienza como una buena idea para hacer una película “time is money and time is
power” (el tiempo es dinero y el tiempo es poder), ambientada en una hipotética
sociedad futura, en la que a los 25 años dejas de envejecer pero a cambio debes
trabajar para vivir un minuto más y en donde los servicios, cada vez mas caros,
debes pagarlos con tiempo de vida, termina desdibujándose cuando los
protagonistas (Justin Timberlake y Amanda Seyfried) se rebelan contra el
sistema. La película empieza a buen ritmo, incluso alcanza un buen punto cuando
Will Salas (interpretado por Justin Timberlake) logra salir del gueto de
pobreza y alcanzar la zona elite, en la que conoce a la hija de un millonario
(¿tiemponario?) Sylvia Weis (interpretada por Amanda Seyfried) a la que luego “secuestra”.
Will y Sylvia se convierten en una especie de Robin Hoods/Bonnie & Clyde que
roban para repartir a los pobres e intentan subvertir el orden establecido. A partir
de ese momento el rumbo de la película empieza a hacer aguas y sólo el “Time
keeper” Raymond Leon (interpretado por Cillian Murphy) logra dar un poco de
sentido a la cada vez más débil y errática trama, que se desvanece al igual que
la vida de los personajes, con el paso del tiempo.
CALIFICACION: 1 / 5
SINOPSIS: En el no muy lejano
futuro, el gen del envejecimiento es “apagado”, pero para evitar la sobrepoblación,
el tiempo se ha convertido en la moneda y forma en la que la gente paga por sus
lujos y necesidades. De esta manera, los ricos pueden vivir por siempre. Un
joven y pobre hombre, consigue hacerse con una gran fortuna de tiempo, algo que
no le impide ver a su madre morir frente a sus ojos. Finalmente esa fortuna lo
convertirá en un prófugo de la policía, conocida ahora como los “time keepers”
cuidadores del tiempo.
TRAILER:

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